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La mañana del lunes 2 de diciembre, la ciudad de Tánger despertó con una escena tan insólita como perturbadora. En plena calle Rabat, peatones y conductores se toparon con miembros humanos esparcidos en la vía pública. El macabro hallazgo desató la alarma entre los vecinos, provocó la intervención inmediata de las autoridades y dejó interrogantes sobre los protocolos de transporte de cuerpos en la ciudad.
El primer análisis policial despejó, en parte, las dudas iniciales: no se trataba de un crimen. Según las investigaciones preliminares, los restos humanos se desprendieron accidentalmente de un vehículo que transportaba cadáveres. Fuentes cercanas al caso detallaron que la puerta del coche, destinado a traslados entre hospitales y el depósito forense, se abrió de manera imprevista durante el trayecto, dejando caer los miembros en la carretera.
Aunque las autoridades locales han optado por no emitir una declaración oficial completa, un comunicado atribuido a la Autoridad de Medicina Forense de Tánger ofreció algunas explicaciones. El documento asegura que los miembros amputados estaban siendo transportados en coordinación entre la Morgue Comunitaria de Tánger y el Centro Hospitalario Universitario Mohammed VI, cumpliendo con los procedimientos de rutina. Sin embargo, un fallo en el vehículo durante el traslado habría desencadenado este insólito incidente.
El hecho, calificado por los responsables como 'único y accidental', ha encendido el debate sobre la profesionalidad y los estándares de seguridad en el transporte de material médico y cadáveres. ¿Cómo es posible que un error tan básico suceda en un ámbito donde la seguridad y el respeto a los difuntos son prioritarios'
El comunicado también aseguró que, tras el incidente, se contactó de inmediato a las autoridades para garantizar el cumplimiento de los procedimientos legales y evitar malentendidos. No obstante, el suceso dejó un impacto considerable en la comunidad local, que pide respuestas más contundentes para prevenir episodios similares en el futuro.
Tánger, conocida por su rica historia y su vibrante vida cultural, fue escenario de un suceso que pocos podrán olvidar. Este incidente, más allá de su peculiaridad, pone sobre la mesa la necesidad de revisar y reforzar los protocolos en un sector tan delicado como el transporte de cadáveres, para garantizar que algo así no vuelva a ocurrir.
Fuente: VER